Vivimos en una sociedad desigual
llena de contradicciones, informaciones y creencias erróneas, que no hacen más
que sabotear nuestro día a día. Por un lado nos dicen que seamos nosotros
mismos, pero a la misma vez tenemos que seguir una serie de normas, referentes
y mensajes subliminales que nada tienen que ver con vivir la vida. Nos alientan a mentir, a no
ser sinceros y a no cumplir nuestra palabra, teniendo como referentes a nuestros
dirigentes políticos.
Ellos usan la mentira
como arma arrojadiza para conseguir y mantener el poder, a la misma vez nos
piden obediencia, sacrificio y ejemplaridad. También que lo importante es
participar, pero la gente solo recuerda
a los ganadores. Dicen que lo importante es el interior de las personas, pero
vivimos de cara al envoltorio, preferimos tener iphone, ir a la moda y nos
pasamos la mayor parte del tiempo satisfaciendo a nuestro ego. Moldeamos
nuestro entorno a nuestra conveniencia, modificamos la naturaleza, nos expoliamos
los recursos naturales unos a otros y nos declaramos la guerra en nombre de
dios. Nos dicen que somos medias naranjas, seres incompletos y supuestamente
necesitamos de otra mitad para sentirnos completos.
Sería bueno hacer lo que se dice, decir lo que se siente y sentir lo que sé hace. Pienso, que ser libre, no es hacer lo que se quiere, es contemplar la posibilidad de poder equivocarse, no estar acertados, meter la pata, hacer el ridículo, sin necesidad de hacer un drama de ello.
“Hemos de encontrar un equilibrio entre lo que debemos hacer, lo que queremos conseguir y lo que nos gustaría realizar.”