Yo, que me conozco bien, no me considero nada excepcional, aunque es verdad que en general me encuentro muy a gusto con mi vida; me siento, por el contrario, muy defraudada por la falta de felicidad que veo en la mayoría de las personas. Bien, ¡pues de eso se trata!Vamos a intentar ayudar, en la medida de lo posible, a ver la vida con más realismo, con má sánimo, con más ilusión, con el convencimiento de que podemos controlar nuestra propia vida y quemerece la pena vivirla…; y lo podemos hacer sin pedir ningún cambio milagroso a nuestro alrededor.Y digo esto, porque estoy absolutamente convencida de que la felicidad depende de nosotros mismos,no de nuestras circunstancias.Por supuesto, a veces las circunstancias que nos rodean hacen difícil, muy difícil, que nosencontremos bien, pero si hemos conseguido un buen control de nuestros pensamientos lograremos serdueños de nuestras emociones, y esas circunstancias podemos verlas como oportunidades paradesarrollar nuevas habilidades y recursos, que nos facilitarán el control de nuestras vida
- Nuestro cerebro nos acompañará siempre, al igual que nuestro Sistema Nervioso Autónomo(SNA) y nuestro Sistema Nervioso Central (SNC). Seguramente, una de las primeras cosas que nos tendrían que haber enseñado es cómo descubrirlos y cómo ponerlos a nuestro servicio. Lejos de esa realidad tan palpable, la verdad es que muchas personas, a pesar de los años que ya llevan a susespaldas, se siguen sintiendo prisioneras de «sus nervios», de «su forma de ser», de «su manera de actuar», «de ver la vida»… No hay nada que justifique ese encadenamiento, ese sufrimiento «tan inútil como prolongado». Vamos a tratar de aprender cómo controlar nuestra vida y, para ello,descubriremos cómo encaminar mejor a la persona hacia la ilusión y no hacia el sufrimiento.
- .Maria Jesús Álava Reyes