Creo en una vida después de la
muerte, simplemente porque la energía no puede morir; ella circula, se transforma
y no se detiene nunca, (Einsten).
Por ello creo que de alguna forma debemos
estar conectados, conectados a nuestro corazón, a nuestros pensamientos,
emociones, conectados con la tierra, el aire, el agua, el frio, el calor. Conectados
a las personas, animales y demás seres vivos que forman parte junto con nosotros,
de la inmensidad del planeta; es por ello que pienso que sería bueno que fuéramos
nuestro propio hilo conductor.
Inconscientemente, pensamos que las
cosas externas son las que nos conectan a la sensación de que todo tiene
sentido, pero pienso que nada más lejos de la realidad, somos nosotros mismos;
como pensamos, como nos decimos las cosas, como nos tratamos es lo que
determina la emoción y genera nuestra conexión. “que cosa más extraña es el hombre.
Nacer no pide, vivir no sabe y morir no
quiere” (facundo Cabral).
Donde haya un árbol que plantar, plántalo
tú., donde haya un error que emendar enmiéndalo tú, donde haya un esfuerzo que
todos esquivan, hazlo tú. Sé tú el que aparta la piedra del camino.
Usemos nuestra proactividad, frente
a nuestra pasividad.