Archivo del blog

sábado, 13 de agosto de 2016

EL MIEDO AL COMPROMISO

EL MIEDO AL COMPROMISO

En principio el miedo no es algo negativo, se trata de un mecanismo de defensa que crea nuestra mente cuando percibimos una situación de riesgo. Ahora bien, cuando la situación de supuesto riesgo se produce ante un estímulo positivo, se trata de un miedo irracional y éste siempre tiene como base una inseguridad.
¿Por qué surge el miedo?
Digamos que nosotros nos hemos creado una especie de burbuja de bienestar, a nuestro modo y semejanza. El miedo aparecerá cuando vemos peligrar dicha burbuja, es decir, cuando creemos que va a producirse un cambio que pueda desestabilizar nuestra seguridad. Si consideramos una relación como algo que nos quita (pérdida de intimidad, compartir tiempo de descanso, estar al pendiente del otro, etc.) y no que nos aporta (amor, compañía, bienestar, etc.), entonces es cuando aparece el miedo.
El miedo pone en la balanza los recursos que uno tiene y aquello que tenemos que afrontar. Cuando se produce un desajuste en esta balanza, es cuando se hace presente. Por tanto, es una cuestión de inseguridad y de no conocerse bien a uno mismo, lo que conlleva malestar y frustración.
¿Qué suele pasar cuando uno no sabe reconocer sus propias capacidades y habilidades emocionales? Tiende a evitar aquello que despertó su alarma de amenaza inminente. No deja de ser una mala adaptabilidad a los cambios, que por otro lado anhelamos, pero que nos cuesta reconocer. Nos vemos como frágiles o débiles y nos ponemos una coraza para supuestamente no nos puedan tocar, pero obviamos lo más importante: la amenaza somos nosotros mismos, no el entorno.
¿Qué características suelen identificar a este tipo de personas?
  • Les cuesta tomar decisiones personales porque temen el cambio y salirse de su Zona de Confort.
  • Son personas rígidas en el trato, quieren tenerlo todo controlado. La falta de control es lo que les hace activar los mecanismos de alarma.
  • Suelen tener dificultades en expresar sus propias emociones. Intentan no profundizar en lo que sienten o piensan respecto a alguien o algo y ello provoca problemas de comunicación con los demás.
  • En muchas ocasiones se sienten inseguros de si mismos y no soportan ver la seguridad en otros, por lo que inconscientemente crean disonancias cognitivas como convenciéndose de que esa persona no es tan maravillosa como se muestra ante los demás.
Hemos de tener en cuenta que el carácter y personalidad que tenemos en nuestra etapa adulta va muy de la mano de la relación afectiva que hemos tenido con nuestros progenitores en la infancia. Es por ello que una familia que haya protegido mucho a su hijo, haya sido muy rígida en su educación o demasiado permisiva, hace que la persona no pueda desarrollar sus propias estrategias de afrontamiento para valerse por sí misma.
¿Cómo suelen actuar?
En el terreno emocional suelen ser personas muy atractivas, grandes conquistadores, ya que tienen esa necesidad de tener una relación estable, por su carencia afectiva. Por el contrario, cuando ya se ven dentro de la relación empieza el miedo y se crean situaciones de confusión en sí mismo y en el otro. Es aquí cuando se produce la disonancia cognitiva que mencionaba anteriormente, la mente empieza a crear pensamientos de alerta porque no soporta las propias incongruencias (no es la persona que busco, no va a poder ofrecerme lo que quiero, no voy a cumplir sus expectativas, en verdad no quiero tener una pareja estable, aún me quedan muchas cosas que experimentar y que no podría hacer si estoy en pareja, etc.).
En cierta forma, la falta de estrategias y de conocimiento sobre uno mismo hace que se busque justificación a la propia inseguridad y temores. Al final como no se tienen las capacidades para asumir el miedo y gestionar el malestar, se buscará romper la relación para recuperar la estabilidad y huir del descontrol.
¿Cómo afrontar el miedo al compromiso?
El primer paso es admitir que tenemos una limitaciones emocionales en las que tenemos que trabajar. Evaluando las verdaderas necesidades y arriesgándonos a afrontar los miedos, éstos desaparecerán. Por tanto, una buena autoestima es la base de todo.
Al miedo se le vence encarándolo. Hay una frase de Jiddu Krishnamurti que dice “Haz lo que temes y el temor morirá”, pues así mismo es. Para ello nos vamos a servir de una serie de estrategias:
  • No vamos a evitar aquello que nos da miedo, huir no soluciona el problema.
  • Hemos de ir introduciendo pequeños cambios que poco a poco ayuden a la mente a entender que seguimos teniendo el control de la situación, ya que como es lo que más nos asusta hay que educarla. Si una característica tiene la mente es que es muy plástica, ¿esto qué quiere decir? Que entrenándola se adecua a lo que queramos.
  • Valorarse a uno mismo fortalecerá la seguridad en las acciones y decisiones que tomemos. Por tanto necesitamos hacer un reconocimiento positivo de nuestras capacidades y limitaciones, ya que una limitación no es algo negativo, se necesitan de ambas para encontrar el equilibrio.
  • Es básico empezar a expresarse emocionalmente, sobre todo la parte negativa de nuestro malestar. De esta manera reduciremos tensiones y por tanto nos relajaremos más. Si al principio cuesta hacerlo con otras personas, escribiéndolo se puede empezar uno a entrenar (Ventilación Emocional), además de que nos sirve para reflexionar.
  • La clave de toda buena relación es la comunicación y la confianza, sin ellas no hay pareja que sobreviva de una manera sana. Por lo que el objetivo tiene que ser lo que se conoce como asertividad, es decir, decir en todo momento lo que se piensa y siente sin entrar en herir a nuestro interlocutor, en este caso nuestra pareja.
Merece la pena hacer el intento de superar el miedo ¿no creéis? ¿Qué supone pasar un mal rato cuando la compensación es eterna?.

"EL PROCESO DE DUELO"

EL PROCESO DE DUELO
El Duelo consta de una serie de FASES:
1. DESCONCIERTO E INCREDULIDAD. Es la primera reacción ante la noticia: “Esto no me está pasando a mi”. Es la negación de la realidad, un alejamiento del hecho para intentar paliar los efectos del acontecimiento.
2. TRISTEZA PROFUNDA Y AGRESIVIDAD. Se producen reacciones de ira y descontento, incluso ante quienes les rodean, angustiados por ser el protagonista de una desgracia.
3. DESESPERACIÓN Y DEPRESIÓN. Con apatía, tristeza y fragilidad, nos vamos haciendo a la idea de una pérdida irreversible. Es la silenciosa resignación.
4. ACEPTACIÓN Y PAZ. Va reapareciendo la necesidad de centrarse en las actividades cotidianas, de abrirse a las relaciones sociales. No obstante, nunca se vuelve al estado anterior a la pérdida.
Todas las pérdidas precisan de este proceso, que tiene una duración que oscila entre los 6 meses y los 3 años, aproximadamente, dependiendo de varios factores:
• Del grado o importancia de la relación.
• Del apoyo social. Una persona que cuenta con amigos o familiares que le quieren y le entienden, con los que se siente apoyado y comprendido, tendrá más facilidad para amortiguar el dolor.
• De la personalidad. Hay personas que sienten las cosas, tanto las alegrías como las tristezas de forma muy intensa, mientras que otras tienen mayor contención. De la misma forma, hay quienes tienen una mayor facilidad para profundizar en continuos pensamientos catastróficos, profundizando en la espiral de dolor.
• De la confianza y autoestima. Un nivel alto de autoestima o confianza nos ayudará a no tener pensamientos autodestructivos ni de acontecimientos catastróficos.
• De la forma de afrontar los problemas. Muchas personas son capaces de evaluar la situación y buscar apoyo emocional.
Si te encuentras sumergido en este proceso y necesitas ayuda profesional, no dudes en ponerte en contacto conmigo.
              

                                  CIARA MOLINA
Psicóloga Emocional

viernes, 12 de agosto de 2016

EL PRINCIPIO DEL VACÍO

EL PRINCIPIO DEL VACÍO
Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabe cuando) podrá precisar de ellos.
Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa en el futuro podrá hacer falta.
Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usa hace bastante tiempo. Y dentro suyo?... Usted tiene el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos, etc. No haga eso. Es anti-prosperidad.

Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida.
Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la prosperidad venga.
Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted desea.
Mientras usted está material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.
Los bienes precisan circular. Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje. Dé lo que usted no usa más.
La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida. No son los objetos guardados que estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar.
Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar, y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.
Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y su vida:
- Ud no confía en el mañana
- Ud cree que lo nuevo y lo mejor NO son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inutiles.
Deshágase de la que perdió el color y el brillo, deje entrar lo nuevo en su casa y dentro de si mismo.

                                                          JOSEPH NEWTON


jueves, 11 de agosto de 2016

Positive

Los seres humanos tienden a complicarse la vida cuando las soluciones pueden ser muy sencillas, mienten cuando no tendrían por qué hacerlo y desconfían cuando aún no reconocen el camino que andan. Para el especialista, escritor y terapeuta argentino, Jorge Bucay, esto ya no se puede permitir puesto que el mundo hoy día exige que se mantenga la mente abierta y vivir en la naturalidad para dar una buena cara a los obstáculos, ese es el mensaje !!!

"Vivimos tiempos difíciles, tan difíciles que me parece un gran error complicarlos más, sumándoles nuestras propias incapacidades, costumbres y hábitos, le damos una asegunda vuelta a donde sólo hay una, buscamos el camino más difícil. Nos han acostumbrado a que cuando hemos confiado no nos ha ido muy bien. Entonces debemos desconfiar y luego parece que es más fácil ser pesimista que ser optimista y me parece que el mundo de los optimistas es acusado de ser simplón y nos gusta pensar que todo va a ser terrible y dramático".


"Esa idea que la gente nos ha enseñado en 'piensa mal y acertarás' es una complicación muy grave que nos afecta, tenemos que aprender a vivir en un mundo más transparente, más sencillo y más gentil". Aunque este equilibrio no se logra con una receta específica, se trata de mantener una actitud positiva que fortalezca la conducta. El propio Bucay lo aprendió desde casa, de ver cómo su madre afrontaba sus problemas, también en sus maestros que le pedían simplificar las cosas, y claro, de su propia experiencia durante sus 64 años de vida.


                                Jorge Bucay

Cuando solo tenemos en cuenta el resultado.... !!!!



Cuando solo tenemos en cuenta el resultado y dejamos a un lado todo lo demas, creamos el tipo de sociedad que tenemos. Cuando solo volaromos lo que tenemos y dejamos de lado todo lo que hicimos para consegurlo, nos estamos apartando  de la realidad. Cuando en el colegio te enseñan a ser,  productivo y competitivo, creamos seres, insensibles, superficiales, hipocritas y egocentristas.
Vivimos en una sociedad carente de etica, donde la imagen deslumbra al SER¡¡, donde se menos precia la creatividad y se premia la obediencia y donde unos cuantos deciden por todos. No importa la raza, religion ni el genero. El dinero se encarga de desvirtuar nuestra humanidad y potencia a niveles epicos nuestra banidad, llegando a ser grotescamente superfc¡iciales  y tristemente vacios.

Lee mucho y de diferentes fuentes. Sé crítico. Y sobre todo... actúa por un mundo más justo, En un mundo individualista, pensar en los demás es querer ser parte de la solución. No se trata de tener todos el mismo dinero, sino las mismas oportunidades!

miércoles, 10 de agosto de 2016

positive 2.0

Cuando en medio del dolor, desesperación, angustia y desolación; en aquel estado de locura que se cruza con la consciencia de si mismo, “me aquiete” deje sangrar tranquilo mi corazón sin pretender respuestas ni lógica para tanto dolor, sin buscar “soluciones” cuando solo respire y me conecte con mi ser, cuando simplemente comencé a vivir el día, el momento, el instante…
COMPRENDÍ, que tanto los conflictos como las soluciones estaban dentro de mi.


Cuando mucho, de vez en cuando sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas o miramos de reojo la estaca y confirmamos el estigma : " NO PUEDO Y NUNCA PODRE " Vivimos condicionados por el recuerdo de otros, que ya no somos y no pudieron.
Tu única manera de saber, es intentar de nuevo poniendo en el intento TODO TU CORAZON¡¡¡..........

lunes, 8 de agosto de 2016

Pedir ayuda es un acto de VALENTIA!!!!!!

Pedir ayuda es un acto de valentía

¿Por qué nos cuesta tanto pedir ayuda? Para muchas personas pedir ayuda resulta toda una odisea, manteniendo diversas creencias erróneas sobre lo que significa pedir ayuda.
En el mundo competitivo en el que nos movemos actualmente, es común pensar que si pedimos ayuda nos estamos condenando a tener que devolver el favor, con la creencia de que todo lo que hacemos se hace esperando obtener algo a cambio.
En primer lugar hazte la siguiente pregunta: ¿Cuándo tú ayudas a alguien esperas obtener algo a cambio? Intenta darte tiempo para contestar a esta pregunta, ya que posiblemente te hayas estado autoengañando.
Por lo general, lo que esperamos de las demás personas es un reflejo de nosotros mismos. Lo cual significa que para modificar nuestras creencias con respecto a las demás personas, primero tendríamos que centrarnos en nuestro autoconcepto.
El modelo educativo en el que nos hemos desarrollado ha favorecido y premiado la
autoexigencia, el perfeccionismo. Y en cierto modo, la obligación de tener que ser autosuficientes e independientes.
Nos hemos hecho creer que no necesitamos de nadie para salir adelante, que nos podemos bastar por nosotros mismos y que pedir ayuda es un signo de debilidad. Esta creencia tiene una base de arrogancia y orgullo que alimenta nuestro ego.

Reconocer nuestras limitaciones

Reconocer nuestras limitaciones supone hacernos cargo de nosotros mismos, teniendo presente que no poseemos todas las respuestas, no disponemos de la verdad absoluta, ni somos capaces de autogestionarnos sin ayuda de la naturaleza.
Nuestra naturaleza está diseñada para la cooperación, ya que dependemos totalmente de las personas que nos rodean, es inevitable, es una realidad que no podemos obviar. Y pensar lo contrario, supone aislarse de toda realidad.
Aprender a pedir ayuda cuando se necesita es un acto de humildad y valentía, reconociendo el hecho de que disponemos de herramientas que nos hacen aumentar nuestras posibilidades y acciones, en nuestros objetivos y en nuestras dificultades.

Cuando pedimos ayuda también estamos dando un voto de confianza a la otra persona, rompiendo así con los prejuicios que tenemos. Fortalecemos vínculos y nos quitamos la coraza del orgullo y la arrogancia que forman parte de la victimización, creyendo que no podemos confiar en nadie o estamos solos.

Nadie es más que nadie

Cuando pedimos ayuda a alguien, estamos reconociendo a su vez que nadie es más que nadie. Ni cuando nosotros ayudamos estamos por encima de nadie, ni cuando nos ayudan estamos por debajo. Obtener ayuda no es un acto que resulte humillante, ni conlleva rebajarse ante nadie.
El reconocimiento de que existen circunstancias en las que necesitamos que alguien nos acompañe, y nos ayude a afrontar nuestras dificultades; nos hace más humanos, más cercanos a las demás personas. Pedir ayuda nos hace más honestos, para cuando seamos nosotros los que tenemos que ayudar a alguien.
Pedir ayuda no tiene nada que ver con el fracaso, tampoco con la dependencia ni con la inferioridad. Pedir ayuda tiene más que ver con el reconocimiento de las propias limitaciones, la humildad y la valentía. Preparándonos para afrontar y resolver nuestros prejuicios que nos hacen desconfiar de los demás.


Atrévete a pedir ayuda

Muchas personas han tenido malas experiencias en su vida cuando han necesitado ayuda: no han encontrado a personas que en ese momento pudieran ayudarles, o bien han recibido una ayuda que no es la que esperaban y ha habido entonces frustración.
Una educación basada en el interés y la falta de cariño también puede desembocar en la falta de confianza hacia las personas en general. Creyendo que si se pide ayuda, se está en deuda con la otra persona, y hay que hacer una devolución del favor.


Haciéndonos conscientes de que estamos bajo todas estas influencias, que son las que nos dificultan el poder pedir ayuda. Estaremos en disposición para dar el paso de valentía que hace falta. Rompiendo con nuestros temores, dejando de alimentar la desconfianza y el aislamiento.
Atrévete a pedir ayuda, confía en las personas que te ofrezcan su ayuda desinteresadamente. No estás solo ni sola, hay muchas personas a tu alrededor dispuestas a ayudarte cuando lo necesites. Tenlas en consideración, dales la oportunidad de que te demuestren que realmente están contigo.
 
Con esta actitud serás capaz de generar sentimientos de amor, generosidad, compasión y cuidado mutuo.
 

"Evitemos la muerte en suaves cuotas"

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos. Quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las
 “íes” a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo,quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente quién deja escapar un posible amor, con tal de no hacer el esfuerzo de hacer que éste crezca.

Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en si mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar. Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.
Muere lentamente, quien abandonando un proyecto antes de empezarlo, el que no pregunta acerca de un asunto que desconoce o no responde cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad.

                                           MARTHA MEDEIROS