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viernes, 3 de junio de 2016

si cambiara estos dos o tres detalles, sería perfecto


Hay otra mentira muy extendida que consiste en pensar que queremos que la persona cambie por su bien. Se suele expresar de esta manera: "Él es tan maravilloso que, si cambiara estos dos o tres detalles, sería perfecto. Y yo quiero ayudarle a que sea perfecto". Sin embargo, no funciona, y casi resulta más económico buscar a otra persona que ya haya cambiado.

En una reciente entrevista en la que me preguntaban cómo definiría el amor respondí lo siguiente: "El amor es la decisión de luchar por un espacio de libertad para que alguien decida lo que más le apetezca aunque no sea lo que a mí me conviene". Eso es el amor. Si uno es capaz de amar de esa manera –todos los que alguna vez hemos sido amados de esa manera sabemos de qué se trata–, podemos tener compañeros de ruta a los que no hay por qué poseer, personas con las que podemos seguir siendo protagonistas de nuestra vida. Y podemos desear, renovar y construir relaciones de amistad, relaciones de padres e hijos, relaciones de pareja que nos permitan crecer en esa dirección de ser felices, de no perder. 


                                   Jorge Bucay

jueves, 2 de junio de 2016

" EL CAMINO DE LA FELICIDAD "

Ahora bien, ¿cómo se sabe cuál es el rumbo correcto? ¿Uno va por la calle, y un día un rayo le cae y lo ilumina? No, de ninguna manera. Se trata de una decisión personal que debe tomar cada uno. Por ello, nadie nos puede decir con qué seremos felices. Es mentira que podamos enseñar a nuestros hijos qué tienen que hacer para ser felices. Como mucho, podremos contarles qué hicimos nosotros, cómo nos fue bien y mal. A todos nos ha sucedido, en algún momento de nuestra vida, que nos hemos sentido mal y hemos dicho que no nos sentíamos bien o que no éramos felices. Entonces alguien se nos acercó y respondió: "¿Tú no eres feliz? ¿Con todo lo que tienes, no eres feliz? ¿Cómo puede ser eso? Si yo tuviera la mitad de lo que tú tienes, sería muy feliz". Esa persona no entiende que, en realidad, ella sería muy feliz con esa mitad. Ahora bien, posiblemente cada uno sea único, indivisible e irrepetible, y posiblemente cada uno haya encontrado sus propias respuestas.

Para encontrarlas, por supuesto, hace falta dar el primer paso, que es conocerse. Es irremediable, si queremos ser felices, empezar por el principio, que es dedicar algún tiempo a prestar atención a saber quién soy, a mirarme de verdad y lo menos subjetivamente que pueda. Esto significa dos cosas. Por un lado, mirarme a mí mismo; por el otro, aprender a escuchar lo que los otros dicen –y ven– de mí. 

                                         Jorge Bucay 


lunes, 30 de mayo de 2016

"Animate a volar"


...Y cuando se hizo grande, su padre le dijo:
-Hijo mío, no todos nacen con alas. Y si bien es cierto que no tienes obligación de volar, opino que sería penoso que te limitaras a caminar teniendo las alas que el buen Dios te ha dado.
-Pero yo no sé volar – contestó el hijo.
-Ven – dijo el padre.

Lo tomó de la mano y caminando lo llevó al borde del abismo en la montaña.
-Ves hijo, este es el vacío. Cuando quieras podrás volar. Sólo debes pararte aquí, respirar profundo, y saltar al abismo. Una vez en el aire extenderás las alas y volarás...
El hijo dudó.
-¿Y si me caigo?
-Aunque te caigas no morirás, sólo algunos machucones que harán más fuerte para el siguiente intento –contestó el padre.

El hijo volvió al pueblo, a sus amigos, a sus pares, a sus compañeros con los que había caminado toda su vida.
Los más pequeños de mente dijeron:


-¿Estás loco?
-¿Para qué?
-Tu padre está delirando...
-¿Qué vas a buscar volando?
-¿Por qué no te dejas de pavadas?
-Y además, ¿quién necesita?

Los más lúcidos también sentían miedo:
-¿Será cierto?
-¿No será peligroso?
-¿Por qué no empiezas despacio?
-En todo casa, prueba tirarte desde una escalera.
-...O desde la copa de un árbol, pero... ¿desde la cima?

El joven escuchó el consejo de quienes lo querían.
Subió a la copa de un árbol y con coraje saltó...
Desplegó sus alas.
Las agitó en el aire con todas sus fuerzas... pero igual... se precipitó a tierra.

.. Con un gran chichón en la frente se cruzó con su padre:
-¡Me mentiste! No puedo volar. Probé, y ¡mira el golpe que me di!. No soy como tú. Mis alas son de adorno... – lloriqueó.
-Hijo mío – dijo el padre – Para volar hay que crear el espacio de aire libre necesario para que las alas se desplieguen.
Es como tirarse en un paracaídas... necesitas cierta altura antes de saltar.

Para aprender a volar siempre hay que empezar corriendo un riesgo.
Si uno quiere correr riesgos, lo mejor será resignarse y seguir caminando como siempre.

domingo, 29 de mayo de 2016

A VECES NO NOS TOMAMOS NI SIQUIERA UN MINUTO PARA PENSAR.....

A VECES NO NOS TOMAMOS NI SIQUIERA UN MINUTO PARA PENSAR.....
– Maestro, tengo un problema con mi hijo
– Me trajo las notas del colegio, una alta calificación en dibujo y una pésima calificación en matemáticas.
– ¿Qué harás? – dijo el maestro
– ¡Lo pondré de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de matemáticas!
– Necio, ponlo de inmediato a tomar clases particulares con un profesor de dibujo.
TODOS SERVIMOS PARA ALGO, PERO NO TODOS SERVIMOS PARA LO MISMO.
 jorge Bucay
Pienso que se equivocan aquellos que no aceptan que ser hombre es buscarse a sí mismo cada día, sin encontrarse nunca plenamente.
Creo que al final del camino no te premiarán por lo que encuentres, sino por aquello que hayas buscado honestamente.