Hay días en los que siento la presencia...
De las palabras que no llegué a pronunciar.
De los sueños que no conseguí seguir.
De las puertas que no me atreví a abrir.
De los hijos que no quise recibir.
De las amistades que dejé morir.
De los miedos que no supe afrontar.
De las oportunidades que esquivé.
De los guiños de la vida que evité.
De las fuerzas que preferí no mostrar.
De los portazos que no acerté a dar.
Y es como si todos ellos
estuvieran en torno a mí, expectantes,
sin presionarme, pero recordándome,
que de algún modo siguen ahí.
Disponibles. Pendientes. Latiendo.
Yo no los confronto, tampoco los invito,
simplemente acojo su presencia,
reconozco que no supe hacer nada distinto.
Que no me atreví a tomarlos de la mano.
Que quizá hoy, tampoco es su momento.
Y aun así, decido honrarme.
Aunque sigan pendientes.
No nací para cumplir una agenda,
sino para aprender a aceptarme
aun con la agenda en blanco.
Salud y paz.
Luis Bueno
www.efeteando.com
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