Que oigas lamentos, no implica
que tengas que lamentarte.
Que veas sufrimiento, no te obliga a sufrir.
Que sientas miedo, no te hace
un cobarde.
Que percibas injusticia, no sugiere que tengas que
intervinir.
Nos sentimos constatemnete
empujados a reaccionar de formas predeterminadas, creiendo que eso es lo que se
espera de nostros. Esperar que la vida te trate bien, por el simple hecho de
considedarte buena persona, es como esperar que un leon no te coma, por el
hecho de ser vegetariano.
Quisiera poder acompañarte como a ti te gusta.
Quisiera sentir que me acompañas del mismo modo.
Quisiera que los dos entregáramos y recibiéramos
en un pacto íntimo de respetuosos compartires.
Quisiera poder acompañarte como a ti te gusta.
Quisiera sentir que me acompañas del mismo modo.
Quisiera que los dos entregáramos y recibiéramos
en un pacto íntimo de respetuosos compartires.
¿Qué tesoro oculto anunciará un corazón roto?”
No hay comentarios:
Publicar un comentario