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domingo, 18 de septiembre de 2016

¿ENTIENDEN DE EMPATÍA?.

Hoy hablaremos de las sensaciones que producen que nos digan frases como: "Si ya te lo decía yo", "Pero si eso no es nada hombre", "Que ganas de amargarte la vida inmecesariamente"... ¿QUÉ IMPLICAN? ¿QUÉ NOS HACEN SENTIR? ¿ENTIENDEN DE EMPATÍA?.
La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, intentando saber lo que siente, incluso lo que está pensando. Esto nos proporciona una información valiosísima sobre como es la persona. Si conseguimos entender porqué actúa de la manera que lo hace, podremos mejorar nuestra manera de interactuar con ella. ¿Quiere decir esto que al empatizar compartimos la misma opinión? No, se trata de entender, y entender, valga la redundancia, no significa necesariamente apoyar lo que el otro dice, sino conocer los motivos que le han llevado a pensar o actuar de esa determinada manera.
Ponerse en la piel del otro es una de las habilidades emocionales más útiles cuando de construir una
relación saludable se trata, puesto que nos permite comprender, negociar, convencer y conmover a la otra persona exponiendo abiertamente nuestro estado emocional. Dejaremos de centrar nuestros razonamientos en lo que nosotros pensamos, para prestar atención en averiguar lo que sienten los demás mediante su argumentación.
Hay maneras más fáciles que otras de conseguir empatizar. Ante una situación positiva, como puede ser el anuncio de la llegada de mi primer hijo, entender la felicidad que puedo estar experimentando es algo que la mayor parte de las personas alcanza a comprender, por lo que la capacidad empática se hace casi de manera inconsciente. En cambio cuando la situación viene asociada a un malestar emocional la cosa se complica algo más, ya que requiere un grado de atención y de conciencia del otro más elevado. No es lo mismo hacerme un corte en un dedo, donde la persona al verme entienda el dolor que me ha podido producir; que el hecho de sentirme abatido por no haber conseguido lo que esperaba. En este segundo ejemplo, necesitaremos conocer como es esa persona, qué le ha hecho llegar a ese malestar, para así disponer de la información suficiente que nos permita entenderla y ayudarla en la medida de lo posible.
Las maneras de desarrollar dicha capacidad guarda muchos aspectos en común con la Escucha Activa. Algunos de ellos son:
- Escuchar con la mente abierta, evitando los prejuicios. Nunca debemos perder el respeto.
- Mostrar interés a lo que se nos está diciendo, prestando la máxima atención que nos sea posible.
- No interrumpir el discurso.
- Descubrir y reconocer las cualidades y valías de los demás.
- Aprender a identificar los estados emocionales de la otra persona.
- Dar nuestra opinión de forma constructiva, intentando no herir.
- Ser tolerantes. Aceptando las diferencias que entre nosotros puedan surgir.

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