En muchas ocasiones a todos nos pasa algo similar, estamos tan
inmersos en nuestra propia "coraza" de vanidad, egoísmo o
autocompasión, que creemos saber lo que las demás
personas piensan de nosotros; nos refugiamos adentro de nosotros
mismos para evitar vernos como realmente somos y evadimos
enfrentar nuestra realidad ya que posiblemente no sea la que
quisiéramos.
Atravesar el Sendero de la Verdad implica enfrentarnos a
nuestro yo interior y aprender a aceptar y conocer lo que nos
hace diferente de los demás; es necesario llegar al
convencimiento que lo importante no es lo que los demás
piensen de mi, sino lo que yo sé con certeza que soy, y de
qué soy capaz. Cuando se logra desprenderse de las
ataduras de la vanidad y la costumbre de pretender que todos nos
amen y nos admiren, es cuando se llega al real conocimiento
de uno mismo, de sus defectos y virtudes.
Lectura, amena, fresca y llena de significado
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